Amianto en el Metro de Madrid

Amianto en el Metro de Madrid

Los usuarios del Metro de Madrid están bastante acostumbrados a las huelgas. Pero en los últimos años los empleados de este servicio público han decidido hacer paros laborales por una razón que no solo les afecta a ellos, sino también a los usuarios: la presencia de amianto en las instalaciones.

Cada vez que subimos a un vagón de Metro lo hacemos sin tener en cuenta lo que podría suponer para nuestra salud. Y es que viene de largo el tema de la presencia de amianto en el suburbano madrileño. Un problema que ya ha causado la muerte de dos trabajadores del Metro de Madrid, mientras otros cuatro están enfermos por este motivo.

De momento, los únicos afectados reconocidos han sido los trabajadores, ya que tienen contacto directo con los materiales contaminados. Pero los usuarios también corren parte de riesgo, ya que el amianto ha sido detectado tanto en estaciones de Metro como en la pintura de los vagones.

¿Por qué es tan peligroso este material?

El amianto o asbesto fue un material de fibrocemento que durante décadas fue muy utilizado en la construcción. A medida que se van degradando sus fibras, de tamaño microscópico, permanecen en la atmósfera y son inhaladas, lo que puede dar lugar a diferentes enfermedades como mesotelioma maligno, un tipo de cáncer vinculado únicamente con la inhalación de amianto.

Las primeras prohibiciones para el uso de este material llegaron a mediados de los años 80 del siglo pasado, y en 2001 se prohibió la comercialización de la única variedad que todavía era legal en el mercado.

Aunque ya no se comercializa, quedan muchas construcciones e infraestructuras en las que este material sigue presente, entre ellas el Metro de Madrid.

Un tema que viene (y va) para largo

Según las últimas investigaciones llevadas a cabo, en 1991 ya se tenía constancia de que había amianto en la red del suburbano madrileño, pero la información no llegó a manos de los sindicatos hasta el año 2017, que fue cuando comenzaron las movilizaciones.

Para cuando se dio aviso a los sindicatos ya había un trabajador diagnosticado con asbestosis, por lo que existe la sospecha de que la información solo se hizo pública sencillamente porque ya no se podía esconder más.

Esto ha dado lugar a un conflicto que enfrenta a los sindicatos y los trabajadores afectados con los supuestos responsables de no haber tomado medidas para evitar que los empleados de Metro se expusieran a materiales tóxicos. El proceso judicial ya ha comenzado, pero varias declaraciones han sido aplazadas, por lo que la sentencia tardará unos meses en llegar.

Las sanciones podrían llegar a ser especialmente graves, ya que la fiscalía acusa a los responsables del homicidio imprudente de dos trabajadores y varios delitos de lesiones imprudentes por haber incumplido obligaciones básicas en materia de riesgos laborales. La acusación también hace referencia a delitos contra los derechos de los trabajadores por imprudencia grave al haber puesto en riesgo su salud, su integridad física e incluso su vida. Todo esto puede materializarse en una condena a años de prisión.

Los trabajadores no son los únicos afectados

Durante los últimos meses los empleados de Metro han realizado huelgas para denunciar la situación que están viviendo y el lento proceder de la Administración a la hora de retirar el amianto.

Por el momento se ha detectado la presencia de este material en 53 estaciones, lo que supone un riesgo.

El amianto no es respirado únicamente por los conductores, también por mecánicos, personal de limpieza, trabajadores de los comercios que están dentro de las instalaciones de Metro, y por supuesto, los propios usuarios. Aunque desde Metro se asegura que no existe riesgo para los viajeros al encontrarse el material en lugares inaccesibles para el público.

Pero en realidad el problema es tan grave que, de hecho, el amianto del metro madrileño ha cruzado la frontera. Los sindicatos han denunciado que en 2011 Metro vendió 36 trenes a Buenos Aires, todos ellos con amianto, cuando ya se tenía constancia de su presencia y su venta estaba totalmente prohibida.

¿Qué áreas están afectadas?

Aunque se ha hecho un examen en profundidad en las instalaciones, a día de hoy siguen apareciendo nuevas áreas con amianto que no estaban reflejadas en los estudios.

El amianto no solo está en las estaciones, también se ha detectado en la pintura de algunos vagones y varias juntas. En octubre de 2019 se detectó la presencia de este peligroso material en una válvula de rebose que está presente en todos los trenes que hay ahora mismo circulando.

Para mejorar la seguridad se han tomado medidas a la hora de hacer el mantenimiento de las piezas afectadas. Las piezas seguirán en activo y en lugar de pasar por el procedente mantenimiento serán directamente cambiadas por otras que no estén afectadas.

¿Qué medidas se están tomando?

La Comunidad de Madrid fijó un  Plan de Retirada de Materiales con Amianto que se implantó en 2018 y prevé actuaciones hasta 2025, con un presupuesto inicial de 136,5 millones de euros.

El plan se divide en cinco fases:

  • Eliminación de MCA en material móvil.
  • Eliminación de MCA en instalaciones (subestaciones eléctricas).
  • Eliminación del MCA en almacenes.
  • Eliminación de MCA en estaciones, túneles, pozos de ventilación, centros de transformación y pozos de bombeo.
  • Eliminación de MC en dependencias, recintos o depósitos.

Los trabajos ya han comenzado, y en verano de 2019 un enorme cartel avisaba a los pasajeros que usaban la estación de Tribunal de la prohibición de tocar una cúpula en la que se había detectado amianto. Los andenes se cerraron durante dos días y después de ese tiempo la estación volvió a prestar servicio con total normalidad.

Son ya varias las estaciones que han sufrido cierres parciales para los trabajos de desamiantado. Hasta el año 2021 un total de 20 estaciones sufrirán remodelaciones dentro del Plan de Modernización de Estaciones, momento que se aprovechará para retirar el amianto.

A final de 2021 se habrá retirado casi el 40 % del amianto detectado en las instalaciones de Metro, pero con un total de 53 estaciones afectadas, quedará todavía mucho trabajo por hacer y, más aún, sabiendo que el Plan está supeditado a que existan fondos suficientes para ejecutarlo.